En casa siempre le oía a mi madre decir que cuando faltaban cosas era por qué se las habían llevado los mengues

El campeonato de España de surfing nos dejó a los nuevos campeones, una semana de surf y un montón de anécdotas. Pero también nos dejó historias bonitas como la que se esconde detrás de los más de setenta trofeos que se entregaron durante la competición.

Flor Diaz Viñas y su marido Miguel Salas Bruquetas, han sido los responsables detrás de una de las iniciativas más respetuosos con el medio ambiente que se han llevado a cabo en el campeonato de España, los trofeos que escondían tras de sí la Leyenda del mengue ártabro.  

Unos trofeos hechos con materiales recogidos de la costa de ferrolterra por Flor. Palos con diferentes formas que pinta de múltiples colores, representando mengues y con pinturas biodegradables.

– ¿Cómo nacen estos trofeos?

¡Empecé haciendo esto de manera casual! Encontraba diferentes tipos de palos en la playa y los pintaba con la forma que ellos me sugerían; una rana, unos ojos o cualquier otro animal que me recordase. Un año fui al campeonato de España y los expuse allí. Así que, Lourenço Chaves, gerente de la federación, los vio y le encantaron. A partir de ahí se nos ocurrió hacerlos como trofeos ya que era una forma de reciclaje de las cosas que llegan a nuestras orillas.

– La leyenda de los mengues, ¿cómo nace?

Pues en las maderas que encontraba había muchos nudos, yo ahí les dibujaba ojitos y a partir de ahí salían cosas muy curiosas. En casa siempre le oía a mí madre decir que cuando faltaban cosas era por qué se las habían llevado los mengues, entonces cómo tenían tantos ojos se me ocurrió llamarle a estas piezas que hacía así.

– Y, ¿que son los mengues?

Los mengues son un concepto que se originó en Cádiz. Eran criaturas marinas que venían desde África y que atravesaban el estrecho. Eran como una especie de diablos que se metían en las personas y que provocaban una especie de locura, en definitiva…¡unos pequeños diablillos!

– Pero, vosotros desarrollasteis toda una leyenda a partir de estas criaturas.

Sí, en realidad fue mi marido al que se le ocurrió toda la leyenda. Les llamamos mengues ártabros, por la zona, y es la leyenda que acompañó a cada trofeo. Toda una serie de datos que construyeron la historia. 

*Leyenda del mengue ártabro

Los mengues ártabros (mengues artabrus), también conocidos como cabaleiros do diantre o surfeiriños, son criaturas aviesas del mundo marino, minúsculos demonios familiares, polimorfos y de tamaño menudo. Pueden encontrarse en las dunas de la Costa Ártabra, en las noches de cuarto creciente.

Servirán ciegamente a quien los capture, pero, para evitar que se coman vivo a su nuevo dueño, es preciso que este les ofrezca cada día una empanada grande de sardina; si bien pueden controlarse fácilmente si se les amenaza con encerrarlos dentro de un caracol marino.

De noche cantan gallegadas con voz destemplada, a pesar de que tienen un oido muy fino y acuden a donde se les nombra. Evite invocarlos y nunca, nunca caiga en el error de exclamar: “Mecachis en los mengues”. 

Si se encuentra alguno, haga como si no lo viera: si mantiene, aunque sea un segundo, la mirada de sus numerosos ojos, quedará, de súbito, hipnotizado irremediablemente y preso de su traviesa voluntad. Sólo si porta, como amuleto, un colgante hecho con ojos vidales evitará caer bajo su pícaro influjo.

El mengue ártabro tratará de haceros olvidar lo que teníais que hacer. También es culpable de las desapariciones domésticas: ya puedes buscar lo perdido en el lugar en que estaba; ya puedes escudriñar por todas partes; no importa que lo hayas hecho doscientas veces y otra vez y otra vez más. Solo  cuando su mengue lo decida, volverá a aparecer, en el mismo lugar, lo que se había extraviado. Recuerdo que mi madre, que era muy de perder las cosas, solía exclamar airada: “¡Se lo llevado los mengues!”

¡Ah…! Y se pirran por surfear al quebrar albores los días de galerna.